Más que un sueño hecho realidad. Cap 2



CAPITULO 2. La melodía de una eterna sonrisa.



El silencio comenzaba a tornarse incómodo; El señor SeoHyung continuaba de pie junto a la puerta del ascensor atendiendo una llamada telefónica. Los cuatro chicos no me quitaban la mirada de encima, de vez en cuando intercambiaban breves miradas y sonrisas entre ellos; fue entonces cuando entendí que ya hacia algún tiempo que se conocían.
Incapaz de romper el silencio con palabras, froté mis manos frías por los nervios, y las escondí dentro de los bolsillos de mi chaqueta. Sonreía bobamente repasando sus acciones con mis ojos hasta que el chico de la sonrisa coqueta habló.
-Mmm… ¡Hola! Soy YunHo, el líder de la banda, ¿cuál es tu nombre?-
-¡JunSu! Me llamo JunSu.- Decía sorprendido y nervioso.
-Bien JunSu, él es ChangMin.-Decía señalando al chico de la sonrisa tierna sentado a su izquierda.- Él es el más pequeño pero se ha adaptado muy bien. Este es JaeJoong.- Decía mientras ponía su mano sobre la rodilla del chico de la voz hermosa.- Y él es YooChun, pero a él ya lo conocías, así que sólo faltaba presentarlos formalmente.-
-Mucho gusto… espero que lleguemos a ser buenos amigos.- Les decía con una gran sonrisa mientras me invitaban a sentarme con ellos y me ofrecían algo para beber.
Sin saber cómo, terminé sentado al lado de YooChun y siendo bombardeado por miles de preguntas sobre mí, mi familia y cualquier cosa que se les ocurriera con su insaciable curiosidad, el único que permanecía en silencio era él. El señor SeoHyung nos miraba satisfecho desde la puerta al ver lo bien que nos llevábamos.
-Muy bien chicos, sabía que se iban a llevar de maravilla; eso es algo de vital importancia para tener éxito en este demandante mundo del entretenimiento.- Nos decía con una sonrisa paternal.-A partir de este momento ustedes serán no sólo compañeros de trabajo sino que deberán ser amigos, ser un familia, para apoyarse unos a otros en todo momento.-
Una vez terminadas las presentaciones y saciada su curiosidad, comenzaron a explicarme la rutina diaria programada de actividades a las que seríamos sometidos… Ensayos, clases de canto y baile y más ensayos… Ser parte de la agencia era algo muy demandante y agotador, pero era un sacrificio que estaba dispuesto a correr con tal de cumplir mi sueño.
Comenzaba a oscurecer y me preguntaba cuánto tiempo más estaríamos ahí, mi casa quedaba bastante lejos y me preocupaba perder el último tren.
-Muy bien chicos, será mejor que nos vayamos a casa.-
-¡Menos mal! Porque quiero tomar un baño y dormir…-
-Sí Jae, pero deberás esperar a que yo me duche primero, tú no te bañas con el agua tan caliente como yo.-
-Ah… cierto Hyung… ¿con quién dormirá Junsu? Él aún no tiene habitación en la casa…-
-Tienes razón, ChangMin… YooChun ¿podría quedarse contigo por un tiempo?-
¿Qué? Al principio no entendía del todo su conversación… Cuando el señor SeoHyung dijo “ser como una familia”, lo decía literalmente; nadie nunca me dijo que tendría que vivir en la misma casa que ellos.
-Ammm… No sabía que a partir de ahora viviría con ustedes; mis padres estarán esperándome y no quiero causar problemas a nadie, creo que sería mejor que volviera a casa hoy…-
-¡No digas disparates JunSu! Debes acostumbrarte a tu nuevo ritmo de vida cuanto antes; toma, llama a tu casa y avisa.- Me decía el señor SeoHyung sin lugar a reproches de mi parte, así que tomé el celular y me dirigí hacia la ventana para tener un poco de privacidad.
A pesar de que mi madre se opuso al principio, terminó deseándome buena suerte y buenas noches. No pude decirle que tal vez pasaría muchos días fuera de casa a partir de ese momento. Me despedí de ella como de costumbre; alguien sujetaba mi hombro delicadamente.
-¿Estás listo? Los demás ya han salido.-
Ni siquiera me dí cuenta cuando sus voces y risas se atenuaron hasta desaparecer, dejándome a solas con él.
-Ah… sí, lo siento, tuviste que quedarte a esperarme…-
-No importa, lo hice porque quise ¿nos vamos?-
-Sí… ammm… espero no ser una molestia para ti…-
-No te preocupes… yo más bien diría que todo lo contrario.- Dijo lo último en un susurro apenas audible a la vez que miraba hacia otro lado.
Nos encontramos con los demás en el estacionamiento; sólo esperaban por nosotros para partir. Mientras estábamos en camino dentro de la camioneta, el señor SeoHyung ordenó por teléfono la cena.
-Estará a tiempo para cuando hayamos llegado.- Decía orgullosamente por su buena acción.
YunHo y ChangMin se divertían lanzando papelitos dentro de la camisa de JaeJoong que se había quedado rápidamente dormido escuchando música en su reproductor portátil recargando su cabeza contra la ventana. El señor SeoHyung que iba a su lado trataba de controlarlos sin mucho éxito; YooChun miraba a la nada a través de la ventana con la cabeza apoyada en el dorso de su mano desde que nos subimos al vehículo, escuchando todo y en profundo silencio.
-¿Quieres intentarlo?- Decía ChangMin extendiéndome la mano llena de bolitas de papel. –Si le atinas en el bolsillo ganas 10 puntos extras…- Su rostro travieso me causo gracia, lucía como un niño incitando a otro a hacer una travesura que seguramente sería reprendida.
-Je, je, je… no ¿cómo crees? No podría hacerlo, apenas lo conozco, no sería correcto… y ustedes tampoco deberían… además tengo la impresión de que no le caigo muy bien… -Decía mientras mi rostro se tornaba cada vez más rojo con cada palabra.
-Ja, ja, ja! Que buen chico eres JunSu! –Decía con una sonrisa pícara YunHo.- ¡Tú te lo pierdes! Lo mejor de todo esto es siempre su reacción cuando despierta, ¿verdad, ChangMin? –No, su sonrisa era más bien perversa. Él y ChangMin intercambiaron miradas de complicidad y continuaron lanzando bolitas de papel.

El señor SeoHyung volvía al teléfono. JaeJoong se rebullía en el asiento cada que un papel le golpeaba la nariz; cuando miré de nuevo a YooChun, me dio la impresión de que miraba todo a través del reflejo en la ventana, porque por un segundo me pareció ver que me miraba, hasta que una bolita de papel se impactó contra su labio superior; ChangMin y YunHo se reían a carcajadas, él tomó el papelito y se lo lanzó a YunHo en la boca, para sorpresa de ambos el papel terminó dentro; los pequeños proyectiles comenzaron a volar de un lado a otro; yo sólo miraba divertido aquella escena, anhelando llegar a llevarme tan bien con ellos como ellos ya lo hacían. Sin que me lo esperara, uno de los papeles me golpeó en la nariz, miré a mi alrededor sorprendido para descubrir que el lanzador era el chico sentado frente a mí, quien al ver mi cara, estalló en una natural y sonora carcajada… esa fue la primera vez que lo escuché reír de esa manera y su risa nos contagió a todos.
El ruido excesivo terminó por despertar a JaeJoong, quien al abrir los ojos desconcertado, se encontró lleno de papelitos por todas partes… ellos tenían razón sobre una cosa: su expresión era lo mejor todo eso.
-¡Oigan! ¡No soy su juguete ¿saben?!- Decía con un divertido puchero, parecía un niño pequeño molestado por sus hermanos mayores.
-¡Jajajajaja!, pero claro que lo eres! ¡Que no se te olvide, eres mi juguete, Jae!…- Decía YunHo al tiempo que se inclinaba hacia él apuntándolo con el dedo índice hasta tocarle la nariz.
Todos soltamos una gran carcajada al ver la cara que ponía JaeJoong. Incluso el chico con cara de ángel reía ahora contagiado por nuestras risas, quitándose los papelitos que aún tenía en el cabello, mientras los otros tres le seguían atacando, inclusive el señor SeoHyung sonreía tratando de hacerse escuchar a través de aquel escándalo.

Cuando menos pensé, la camioneta se detuvo. Yoochun abrió la puerta y se apresuró a salir. Yo bajé detrás de él.
-Bienvenido a tu nuevo hogar… -Decía mientras se volvía hacia mí con una tímida y hermosa sonrisa.
Los demás bajaron y pasaron delante de nosotros hacia la entrada, continuaban riéndose, pues JaeJoong todavía tenía muchos papelitos atrapados en el cabello y en la ropa.
Contemplaba fijamente el edifico lleno de cristales que se encontraba en una de las zonas más exclusivas de la ciudad, alejada del ruido y de la gente del centro. Al mirar al horizonte me dí cuenta de que cada vez me alejaba más de mi casa y de mi familia; desde donde estaba parado podía divisar muy a lo lejos la zona donde se encontraba mi casa gracias a los altos e iluminados edificios de las oficinas de gobierno.
-Te prometo que la vista será mucho más hermosa desde nuestro piso. –Decía YooChun al percatarse de que mi sonrisa había desaparecido por primera vez de mi rostro.
Al escuchar su voz… sus palabras tratando de animarme, traté de darle las gracias, pero un nudo en mi garganta me lo impidió… las lágrimas trataban de escaparse mientras me esforzaba por dedicarle una sonrisa.
Él comenzó a acercarse a mi lentamente… y poniendo su mano en mi nuca, llevó mi cabeza contra su pecho y me abrazó.
-Todo va a estar bien… yo estoy aquí contigo JunSu…-
Todos mis esfuerzos por ser fuerte resultaron en vano… las lágrimas comenzaron a caer una a una sobre mis mejillas desapareciendo sobre su camisa. La calidez de sus brazos… la melodía de su voz… el olor de su cuerpo… me cubrieron hasta alejarme del miedo, las preocupaciones y las dudas que me envolvían…

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