Capítulo 1: Now, more than ever.
Sakurada Dori comprendía muy bien la situación, de alguna manera se sentía culpable y confundido. ¿Estaba bien lo que hacían?. Sabía que tenía que disculparse, pero no encontraba el modo de hacerlo apropiadamente.
Todo comenzó por una pelea que marcó el final de la más hermosa relación que mantuvo durante dos años.
Continuamente pensaba en dejarlo todo y volver a la rutina, pero comprendía también que así era mejor. No quería lastimar ni salir más lastimado.
- Dori-kun, tengo hambre. ¡Dori!. – Esas palabras siempre eran las mismas, si no marcaban otro coraje más de Dori, eran para un grato momento. – ¡Dori!. ¿Qué cocinaste esta vez?.
- Nada, no quiero cocinar hoy. Pide algo de pizza. – Nuevamente desde hacia vario tiempo, Dori estaba seco y distante.
- ¿Y si no tengo dinero?, además, últimamente no quieres hacer nada Dori-kun. ¿Pasa algo?. – Tomo se notaba interesado en el estado de su amante.
- Nada. Me voy. – Dori salió a toda prisa.
No había llevado ni la cartera ni un paraguas que lo protegiera de la interminable lluvia. Para él, toda esa lluvia tan solo eran más lágrimas que caían desde el cielo. Su cielo.
Caminaba a paso lento, no sentía la necesidad de correr, después de todo, sabía que Tomo no lo seguiría.
Veía a las personas desaparecer, tropezaba constantemente mientras se repetía en silencio que todo estaría bien, aunque sabía que eso solo era otro engaño.
Pronto, Dori se desvaneció entre todos los demás.
- ¡Ayuda, este joven necesita una ambulancia rápido!. – Gritaba afónicamente una mujer que presenció toda la escena.
La ambulancia llegó e inmediatamente llevaron a Dori hacia el hospital más cercano.
Dentro de la unidad medica y cuando Dori recuperó la conciencia, la enfermera le preguntó por el número telefónico de algún familiar ó amigo cercano. Dori, les brindó el número de Seto.
- ¿Qué le ha pasado a Dori-chan?. ¿Estará bien verdad doctor?. – Las preguntas de Seto llenaron toda la sala de espera.
- No se preocupe joven, su estado por ahora es estable, solo fue un desmayo por falta de sueño y comida.
- ¡Ah! Que alivio, me alegra tanto. ¿Puedo pasar a verlo?.
- Adelante. – El doctor le mostró el camino.
- ¡Dori-chan!, menos mal que no fue nada grave. Pero, ¿por qué no has comido ni dormido bien?.
- S… Seto… Vete de aquí por favor. – Dori cerró los ojos. Quería ocultar sus lágrimas.
- No me iré, me llamaron y estoy preocupado por ti. – Dori no respondió.
Estaba exhausto, se preguntaba que hacía Seto ahí, quería gritarle que si en 4 meses no se había preocupado por él, por que ahora sí lo hacía. Sin embargo, permaneció callado.
Seto hizo una mueca de disgusto, se inclino para besar a Dori en la frente y salió de la habitación dando un fuerte portazo.
Dori ahora se odiaba, había sido tan tonto al no decir nada, al no responder a aquel beso. Tuvo la oportunidad de encomendar sus errores y de hacer todo lo que deseaba y no hizo nada. Se sentía mediocre.
Ahora, necesitaba a Seto más que nunca.
0 comentarios:
Publicar un comentario