Capítulo 2:
Seto se encontraba recostado sobre el sillón mirando hacia el techo.
La idea de dormir solo no le agradaba mucho, pero habían sido órdenes de Dori y tenía que obedecerlas.
Estaba planeando lo que haría en el día y como podría hacer feliz a Dori, cuando este entró a la sala y se quedó parado junto a la nueva cama de Seto; el que estaba acostado, por reflejo cerró los ojos para fingir que se encontraba durmiendo.
Dori se acercó aún más a Seto, que este pudo sentir la respiración sobre su rostro; acto seguido, unos suaves labios sobre los suyos. Respondió al beso.
- ¡Ahh mentiroso!, no estabas durmiendo. – Dori esta vez se mostraba más animado.
- Sí estaba durmiendo, pero mi príncipe azul me despertó.
- ¿Y quién se supone es el príncipe?
- Tú… – Seto se levantó y tomo entre sus brazos a Dori, lo miro escasos segundos y comenzó a besarlo por toda la cara, para después terminar en los labios.
El ataque de besos pareció interminable hasta que el móvil de Dori comenzó a timbrar.
Dori se apartó de Seto y atendió.
- ¿Sí diga?… Ah ya veo, iré ahora mismo… Gracias.
- ¿Quién era Dori-chan?, ¿a dónde iras?, ¿puedo acompañarte?
- Seto por favor, no seas tan insistente. Nos vemos. – Dori cogió sus llaves, dio media vuelta y salió a toda prisa.
De nuevo había dejado abandonado a Seto, pero esta vez no se sentía triste ni culpable, al contrario, se sentía muy feliz… Hasta el día anterior, el siempre había tenido claro que su amigo de la infancia era un imposible y que debía retener sus sentimientos hacia él, pero cuando formó parte de él, aquellas ideas que le nublaban la mente, volaron y se fueron… Ahora su deseo era que siempre fuera así.
Seto había visto la noche anterior un programa por televisión llamada ‘tu primera cita’, del cual había sacado miles de ideas que estaba dispuesto a poner en práctica.
Tomó el teléfono y le marco al manager de Dori.
- ¿Sí?, buenas tardes señor… Eh quería ver si Dori está muy ocupado.
- ¡Ah buenas tardes Seto!, no, no está ocupado solo tiene que ver algunos preparativos para un comercial en el que participará.
- Ah entiendo, bueno muchas gracias, hasta luego. – Seto, aventó el teléfono hacia el sofá y salió a toda prisa.
Al llegar a la agencia de Dori, encontró a este muy sonriente con un montón de fans, lo que provocó que Seto se desenfrenara y fuera corriendo a toda prisa hacia donde estaba Dori y lo aprisionara entre sus brazos… Enseguida, las fans comenzaron a gritar y a tomar fotografías y la sonrisa de Dori desapareció.
Llegó el equipo de seguridad y apartaron a todas las fans de los chicos, luego los llevaron hacia la puerta trasera y los dejaron en la mitad de la calle.
Era el momento que Seto estaba esperando.
- Nee Dori-chan… – Hizo la voz más tierna que tenía.
- ¿Qué quieres? – Y la de su compañero no mostraba exactamente ternura.
- Pensaba que podrías distraerte… Yendo al cine, por ejemplo.
- ¿Pensabas?, bueno, vamos…
Durante todo el camino, ambos fueron callados y mirando hacia bajo, hasta que por fin arribaron al cine favorito de Dori, ahí se exponía la película ’Yumechuchu’.
Entraron a la próxima función que comenzaría dentro de nada y se sentaron en los asientos del medio… Aún no empezaba.
Ninguno dijo nada y esta vez no había dulces ni palomitas de por medio para calmar al silencio.
Dori dio el primer paso y colocó su mano sobre la de Seto, luego tomó con sus finos dedos la cara del castaño y le planto un beso, y luego otro; esta vez Seto quería ser el que hiciera sentir feliz a Dori… Las luces se apagaron, el momento perfecto.
Seto se levantó de su asiento y enseguida se colocó sobre Dori, acto que sorprendió a Dori, pero aún así se dejo llevar.
Seto comenzó a hacer una extraña danza en las piernas de Dori, provocando a este a comenzar, pero no lo hizo…
Así que a duras penas, Seto se quitó la playera y fue en ese momento cuando Dori le mordió el pezón izquierdo.
- Ahh… – Seto dejo escapar un susurro de su boca, a pesar de que eran los únicos en la sala no quería hacer mucho ruido.
Después, Dori comenzó a besarlo.
- Estas excitado See-chan. – Repitió aquello dos veces mientras le acariciaba el miembro.
- Ahh… Ahhh… Ahhh… No te detengas…
Finalmente, Seto dejo caer todo su cuerpo sobre el de Dori y dijo que estaba cansado y sería más cómodo hacerlo en una cama… Dori respondió que sí con una suave risita, le devolvió su playera a Seto y le dijo que sería mejor que se marcharan, pues el guardia de sala podría haberlos visto.
Y tomados de la mano, salieron de ese lugar.
La idea de dormir solo no le agradaba mucho, pero habían sido órdenes de Dori y tenía que obedecerlas.
Estaba planeando lo que haría en el día y como podría hacer feliz a Dori, cuando este entró a la sala y se quedó parado junto a la nueva cama de Seto; el que estaba acostado, por reflejo cerró los ojos para fingir que se encontraba durmiendo.
Dori se acercó aún más a Seto, que este pudo sentir la respiración sobre su rostro; acto seguido, unos suaves labios sobre los suyos. Respondió al beso.
- ¡Ahh mentiroso!, no estabas durmiendo. – Dori esta vez se mostraba más animado.
- Sí estaba durmiendo, pero mi príncipe azul me despertó.
- ¿Y quién se supone es el príncipe?
- Tú… – Seto se levantó y tomo entre sus brazos a Dori, lo miro escasos segundos y comenzó a besarlo por toda la cara, para después terminar en los labios.
El ataque de besos pareció interminable hasta que el móvil de Dori comenzó a timbrar.
Dori se apartó de Seto y atendió.
- ¿Sí diga?… Ah ya veo, iré ahora mismo… Gracias.
- ¿Quién era Dori-chan?, ¿a dónde iras?, ¿puedo acompañarte?
- Seto por favor, no seas tan insistente. Nos vemos. – Dori cogió sus llaves, dio media vuelta y salió a toda prisa.
De nuevo había dejado abandonado a Seto, pero esta vez no se sentía triste ni culpable, al contrario, se sentía muy feliz… Hasta el día anterior, el siempre había tenido claro que su amigo de la infancia era un imposible y que debía retener sus sentimientos hacia él, pero cuando formó parte de él, aquellas ideas que le nublaban la mente, volaron y se fueron… Ahora su deseo era que siempre fuera así.
Seto había visto la noche anterior un programa por televisión llamada ‘tu primera cita’, del cual había sacado miles de ideas que estaba dispuesto a poner en práctica.
Tomó el teléfono y le marco al manager de Dori.
- ¿Sí?, buenas tardes señor… Eh quería ver si Dori está muy ocupado.
- ¡Ah buenas tardes Seto!, no, no está ocupado solo tiene que ver algunos preparativos para un comercial en el que participará.
- Ah entiendo, bueno muchas gracias, hasta luego. – Seto, aventó el teléfono hacia el sofá y salió a toda prisa.
Al llegar a la agencia de Dori, encontró a este muy sonriente con un montón de fans, lo que provocó que Seto se desenfrenara y fuera corriendo a toda prisa hacia donde estaba Dori y lo aprisionara entre sus brazos… Enseguida, las fans comenzaron a gritar y a tomar fotografías y la sonrisa de Dori desapareció.
Llegó el equipo de seguridad y apartaron a todas las fans de los chicos, luego los llevaron hacia la puerta trasera y los dejaron en la mitad de la calle.
Era el momento que Seto estaba esperando.
- Nee Dori-chan… – Hizo la voz más tierna que tenía.
- ¿Qué quieres? – Y la de su compañero no mostraba exactamente ternura.
- Pensaba que podrías distraerte… Yendo al cine, por ejemplo.
- ¿Pensabas?, bueno, vamos…
Durante todo el camino, ambos fueron callados y mirando hacia bajo, hasta que por fin arribaron al cine favorito de Dori, ahí se exponía la película ’Yumechuchu’.
Entraron a la próxima función que comenzaría dentro de nada y se sentaron en los asientos del medio… Aún no empezaba.
Ninguno dijo nada y esta vez no había dulces ni palomitas de por medio para calmar al silencio.
Dori dio el primer paso y colocó su mano sobre la de Seto, luego tomó con sus finos dedos la cara del castaño y le planto un beso, y luego otro; esta vez Seto quería ser el que hiciera sentir feliz a Dori… Las luces se apagaron, el momento perfecto.
Seto se levantó de su asiento y enseguida se colocó sobre Dori, acto que sorprendió a Dori, pero aún así se dejo llevar.
Seto comenzó a hacer una extraña danza en las piernas de Dori, provocando a este a comenzar, pero no lo hizo…
Así que a duras penas, Seto se quitó la playera y fue en ese momento cuando Dori le mordió el pezón izquierdo.
- Ahh… – Seto dejo escapar un susurro de su boca, a pesar de que eran los únicos en la sala no quería hacer mucho ruido.
Después, Dori comenzó a besarlo.
- Estas excitado See-chan. – Repitió aquello dos veces mientras le acariciaba el miembro.
- Ahh… Ahhh… Ahhh… No te detengas…
Finalmente, Seto dejo caer todo su cuerpo sobre el de Dori y dijo que estaba cansado y sería más cómodo hacerlo en una cama… Dori respondió que sí con una suave risita, le devolvió su playera a Seto y le dijo que sería mejor que se marcharan, pues el guardia de sala podría haberlos visto.
Y tomados de la mano, salieron de ese lugar.
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