Parallel World. Cap 1



Parallel World
FicxCap
FuDa
~Hana no mau machi / Ueda~
To: Lexi



CAPITLO 1:  Las hojas que flotaban en el viento.
La lluvia caía incesantemente al otro lado del ventanal… los acrílicos alrededor de los focos le daban una calidez agradable al café donde Ueda miraba las gotas resbalando a través del cristal, mientras permanecía sentado en una mesa de la esquina jugando con el popote en su vaso… Su abrigo era el único que no estaba mojado… ese detalle aunado a que sus guantes y su bufanda reposaban en el asiento de un lado, denotaban que llevaba por lo menos una hora esperando en la cafetería, pues era más o menos el tiempo que llevaba lloviendo en Kanagawa.
Los minutos continuaban pasando y su teléfono celular seguía sin sonar… poco a poco su rostro dulce y apacible dio paso a la decepción mezclada con tristeza… La leve sonrisa irónica que se dibujó fugazmente en la comisura de sus labios rojos dejaba en claro que la situación  no le resultaba inesperada… después de todo, Akanishi nunca lo había visto como algo serio… no era más que su juguete para las noches en que no podía tener a Kamenashi.
Y al final, lo que había sido planeado como una cena para dos… terminó servida intacta sobre la mesa, ahora vacía, al tiempo en que Ueda salía del lugar acomodándose la bufanda dentro del abrigo y echándose encima la capucha para ocultar su rostro de la gente que lo miraba en la avenida… no debía llorar… no valía la pena.
El frío de la madrugada junto con el timbre de su celular en alguna parte de la alfombra cerca del sillón donde se había quedado dormido, terminaron por despertarlo; a tientas, aún con los ojos cerrados, trataba de alcanzar el móvil para contestar… por la melodía que hacía eco en la quietud de su departamento, sabía que era Ishigaki quien lo llamaba… y siendo él, era seguro que se trataba de algo importante.
-¿Daisuke?-
-¿Tatsuya? Lo siento… ¿Te desperté, ne?-
-No te preocupes… igual no lograba descansar del todo… ¿Qué pasa?-
-¿Tienes planes par ahoy?-
-Realmente no… ¿por qué preguntas?-
-¿Podrías escuchar algunas canciones que compuse para mi examen final de la escuela?-
-Seguro… sabes que siempre puedes contar conmigo.-
Muchas gracias… Sería mejor que te deje dormir un poco más… ¿te veo por la tarde?-
-Mmm… no, sólo me baño y te veo en tu casa… te prepararé el desayuno…-
-¡Ah! No! En todo caso, lo debo prepararé yo… ¿de acuerdo?-
-OK! ¿Podríamos desayunar crepas? En verdad amo tus crepas!…-
-Jajaja… de acuerdo… Aquí te veo…-
La música sonaba un poco alto en sus audífonos mientras iba de pie recargado en un pasamanos cerca de la puerta en el tren, como de costumbre, evitaba que los demás lo miraran demasiado escondiendo su  rostro debajo de los mechones lacios de cabello que caían sobre su frente y mejillas. Si acaso alguien le habló, ni siquiera se dio cuenta; no se percato ni de las dos chicas sentadas frente a él que no habían dejado de coquetearle hasta que bajó del tren… y no es que no las hubiera visto, después de todo, una de ellas le resultaba por demás atractiva, simplemente era que odiaba a las chicas fáciles y en ese momento no quería iniciar una nueva relación, si acaso era que lo que  tenía con Jin podía haber sido considerado una relación.
La caminata hasta el departamento de Ishigaki siempre le resultaba agradable; y nada disfrutaba más del paseo que caminar por el parque en esta época del año cuando el verde de las hojas comenzaba a cambiar de color. El viento un tanto frío sobre su rostro entremezclado con el sonido del requinto de la guitarra eléctrica lo sacaron por un momento de la realidad… un breve instante en el que no pudo darse cuenta de que detrás suyo venía un chico delgado y de rostro infantil corriendo a toda prisa mientras cargaba al hombro un estuche negro de algún instrumento musical, así como su mochila y un montón de papeles entre las manos… un breve instante en el que se detuvo de súbito y extendió la mano para atrapar una hoja de arce color dorada que caía meciéndose suavemente con el viento… un breve instante en el que golpeó a aquel chico haciendo que sus hojas llenas de tablaturas terminaran esparcidas en el aire para caer al suelo.
-Lo siento mucho…- se quitó de inmediato los audífonos.
-… y justo cuando ya voy tarde…- le escuchó decir bastante preocupado.
-Lo siento muchísimo…- Decía una y otra vez inclinando la cabeza.
Ambos levantaban las hojas tan rápido como podían, Ueda estaba tan apenado que apenas si se atrevía a mirarlo a la cara; el otro chico parecía tan angustiado que ni siquiera notó el raspón en su rodilla.
-Toma…- Ueda extendió amablemente el pañuelo, aunque el chico lo miraba desconcertado y no lo tomaba. Ueda lo puso con cuidado sobre el raspón para limpiar los rastros de sangre que comenzaban a salir debido a la posición en la que el chico estaba mientras recogía sus cosas.
-Oh… gracias…-
Ahora era el otro chico quien se sonrojaba un poco mientras Ueda le amarraba cuidadosamente su pañuelo cubriéndole la herida. Acto seguido, le ayudó a levantarse y se despidió de él viendo como se alejaba lo más rápido que podía justo en la dirección a la que él mismo se dirigía… En el momento en que se disponía a seguir su camino, algo que brillaba en el piso llamó su atención, se agachó para levantarlo y lo tomó en la palma de su mano… era una pulsera de plata con unos pequeños dijes colgados… “F” y “K”. De inmediato levantó la mirada pero el dueño de aquella pulsera había desaparecido de su vista entre la multitud que cruzaba la avenida.

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