Al final de esta poesía...


Más que la tortura de perderte en un recuerdo
se clava la agonía de tenerte cada momento,
sabiendo que te veo,
tocándote un segundo,
para darme cuenta cuando cae la noche,
que no estás
y aún te siento...


Cómo crueles estocadas arremetidas contra frágil alma,
está el dolor de sentir en mis ojos tu mirada,
otorgando y robando la calma,
en sensaciones y perturbaciones
de los sentimientos profanados
ahí donde vuelan las mariposas
sobre flores marchitadas
con aroma a dulce esperanza
en el jardín de la desilución,
de tener y perder tu confianza
y todo aquello que el amor encausa.


Más que la tortura de perderte en un suspiro,
se entierra la agonía de escucharte en un latido,
para darme cuenta de que aún cuando te veo,
no eres más que el reflejo de todo aquello que deseo
y que aún no poseo...
Son pequeñas heridas inflingidas sobre los restos de un corazón
que aún palpita con la ilusión de poder algún día cruzar el umbral de la desdicha
y salir del jardín de la agonía para mirar con alegría un nuevo día,
y no perder en cruel afrenta, todo lo que con sangre se ha logrado,
para mirar que ahí donde ya no llueve el Sol sale y se oculta
sin destrozar todo lo que con sus rayos toca...


Más que la tortura de perderte en un silencio,
me entristece la ironía de tocarte noche y día...
Y saber que aún cuando llore o ría,
a tí no te causa pena o alegría,
porque tus canciones y poesías
se escribe al final de mi travesía
ahí donde nada se mueve o respira,
en la oscuridad de mi viaje que no termina,
en un oscuro y lúgubre escóndite
donde mis letras y caricias se refugian del frío y la tragedia,
ahí donde mi alma se encuentra sola....
Como tú al final de esta poesía....


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